Picard: nostalgia, emoción, luces y sombras...


Acabo de terminar la primera temporada de Star Trek: Picard, y tengo que decir que me ha dejado un buen sabor de boca. Es un homenaje y un epitafio maravilloso al gran capitán Jean-Luc Picard y también a TNG... Eso sí, con algunos momentos que me han encantado y otros que me han hecho enfadar. No podía dejar de compartir mis impresiones sobre esta serie que, con sus aciertos y errores, aporta cosas en el universo trekkie. 

Las pérdidas que duelen

Voy a empezar con lo que más me ha indignado: la muerte de personajes icónicos como Icheb y Hugh. ¿De verdad era necesario cargárselos de esa forma? 

Icheb, aquel joven borg rescatado por Siete de Nueve en Voyager, tenía un recorrido enorme. Podía haber aportado muchísimo más, pero su muerte me pareció gratuita y cruel, casi como un golpe de efecto sin sentido. Y lo de Hugh... ¡Estamos hablando del primer borg con sentido individual! que conocimos en The Next Generation, un personaje cargado de significado en el universo de Star Trek. Aunque Siete de Nueve se encargue de vengarlo, de una manera espectacular, eso sí. 

No puedo evitar pensar que los guionistas desaprovecharon su potencial. Estos dos personajes merecían mucho más.

Picard funciona y emociona

Donde creo que la serie realmente brilla es en la manera en que retrata a Picard. Lejos del capitán infalible que conocíamos, aquí nos encontramos con un hombre mayor, lleno de dudas, cargado de recuerdos y con el peso de su pasado. Esa imagen melancólica, casi crepuscular, me ha llegado al corazón. Hubo momentos en los que casi se me escapan las lágrimas, literalmente.

El reencuentro de Picard con Riker y Troi es, sin duda, uno de los momentos más emotivos de toda la temporada. Es como volver a casa. Y en ese mismo capítulo, cuando Riker suelta un monólogo brillante y se ve el gesto de Data en el rostro de su hija... un detalle que me puso los pelos de punta.

Además, el homenaje a Data es impecable. Desde la creación de su "hija" hasta su despedida final con Picard, todo está tratado con una dignidad y un respeto que le hacen justicia.

Instantes para recordar

Hay momentos que son pura épica trekkie. El regreso de Siete de Nueve es uno de ellos. Verla evolucionar hasta convertirse, aunque sea de forma temporal, en una Reina Borg, me dejó sin palabras.

Y qué decir del clímax en Et in Arcadia Ego, Parte 2. Ver a Picard pilotar una nave entre esas orquídeas gigantes mientras se enfrenta a los romulanos fue espectacular. Pero lo que realmente me hizo saltar del sofá fue la aparición de Riker al frente de un escuadrón de la Federación. Eso sí que es un subidón. Todo ello acompañado por una banda sonora que rescata temas de The Next Generation, reforzando aún más la nostalgia.

El giro final: ¿un Picard androide?

El giro final, con Picard renaciendo como un androide (sintético, pero a mí me gusta más androide), es sin duda controvertido. A algunos les puede chirriar, pero personalmente creo que encaja con la filosofía de Star Trek: sacrificarse por el bien común y renacer con nuevas posibilidades. Aunque, insisto, prefiero el término "androide" al de "sintético", la idea me pareció interesante y coherente con la esencia de la serie.

Con ganas de más...

En definitiva, Star Trek: Picard me ha parecido una serie muy cuidada, con un ritmo que alterna momentos melancólicos con secuencias de acción y grandes interpretaciones. Eso sí, creo que se disfruta más si tienes cierto bagaje trekkie, porque está llena de guiños y referencias que enriquecen la experiencia.

Le pongo un 8,75 sobre 10, y me quedo con una sensación de voracidad absoluta por ver la segunda temporada y, si puede ser, la tercera y lo todo que venga detrás...

Larga vida y prosperidad 🖖


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